El dolor mas gratificante

El dolor mas gratificante

Viví con la madre de mis hijos durante 15 años, los primeros 13  años de nuestra relación fueron en unión libre en donde el dinero no era el problema, vivíamos y trabajamos juntos y por las noches éramos los mejores amantes.

Estábamos dispuestos a terminar nuestras vidas juntos… 

Nos amábamos con locura y pasión, decidimos tomar nuestra relación en serio y nos casamos, nos sentíamos como la pareja ideal, tal vez no lo teníamos todo pero eramos todo el uno para el otro! 

Y yo sin pensarlo decidí destruirlo todo, les explico…

 

Empecé a ver a alguien más (si lo sé lo arruine todo)  una relación fugaz que tan sólo duró 3 meses, un amor oculto que abrió mil fronteras junto con todos y cada uno de mis sentidos. Ella me hacía cosas que transformában la manera en que sentir era más que un placer único… me enamore de ella. Poco a poco esa aventura paso a una relación muy seria, me di cuenta que abandonaba a mis hijos por esa mujer, dejaba a la mujer que alguna vez le juré amor por una aventura… Pero ciego y loco por mis sentidos me repetía una y otra vez; Wilmer, esta mujer es la mujer que siempre has estado buscando… Mientras que por otra parte; Wilmer, qué haces!!! Tus hijos te esperan en casa ¡no destruyas tu hogar!

 

Hasta que me separe de mi esposa….. 

 

A mi amante no le importaba y las cosas fueron cambiando y entendí la realidad de los hechos, a su casa yo siempre llegaba a la hora que fuera y como fuera, no importaba que tan ebrio estuviera porque para mi amante eso era muy rico… Lo disfrutábamos y nos entretenía.

 

Mientras que mi esposa se quedaba con los trapos sucios, los insultos, las malas resacas, lo que sobraba de mi sueldo y poco a poco comencé a ver la triste realidad… Ella ya no sonreía ni se arreglaba cuando llegaba a casa, la comida faltaba… El amor ya no se sentía.

Fue justo en el momento que entendí cuál es la diferencia entre una amante y la esposa, me di cuenta del gran error que cometía y como poco a poco nos destruía como pareja y decidí dejar a mi amante... 

Fue una decisión que tomé pensando no solo en ella, sino también en mis hijos que solo estaban viviendo la peor parte de mi.

Me pregunte porque no puedo ser amigo de mi esposa? 

Wilmer reacciona! No puedes perder a tu familia!!! Y fue cuando me di cuenta que tal vez ya no había solución, ella estaba saliendo con alguien más.

 

Pensé muchas noches en que hacer y cómo recuperar a mi esposa,

 -YO LA AMO!!- 

me repetía una y otra vez… 

Sin darme cuenta que solo era el alcohol y mi ego machistas era el que hablaba, comencé a undirme en un abismo muy fuerte… me sentía horrible, no sabia como expresarme! 

El dolor de sentir mi alma partida y no tener su amor y toda su atención que solía darme, me volvió muy irritable y de poco temperamento, pero ese fue el precio que tuve que pagar por el error que cometí…

Yo hice que pasara todo esto!

 

Con que cara de reclamo? Me preguntaba a cada momento mientras empinaba mi brazo y tomaba un trago, me dije Wilmer todo acto tiene consecuencias! 

Le supliqué y le rogué que nos diéramos otra oportunidad y entonces...

Por amor a nuestros hijos ella dejo de ver al otro hombre  y decidimos mudarnos de estado… Y le propuse matrimonio, a las pocas semanas nos casamos.

 

Flores recorrían el camino donde caminaba la mujer de mi vida, mis hijos sonreían y eran felices como nunca antes… la fiesta fue a lo grande, mariachi, palomas, todos vestíamos de blanco y a la luz de la luna juramos amor eterno. Fue algo muy bonito, muy hermoso… aprendí a amarla de nuevo, valorarla, a entender que todo lo que había sucedido fueron por mi propios errores…

 

Eramos felices, hasta que ella enfermó drásticamente, no sabíamos que tenía…

 

La lleve a doctores y cada vez se ponía peor, no comía todo le hacía daño y ningun analisis daba una respuesta de su malestar, hasta que pensé en preguntarle; porque no te haces una prueba de embarazo? 

 

Ella se la realizó… - Y para mi desgracia salió positiva.

 

Y si, digo mi desgracia, porque años atrás yo me había operado para ya no tener más hijos… Ella estaba más asombrada que yo, y con amor pensé que es un milagro y no dude de ella, aunque la alegría invadía nuestros corazones, algo dentro de mi comenzó a dudar un poco y decidí hacerme una prueba de fertilidad… 

 

Sin mirar los resultados entre a casa me apresuraba angustia, cuando vio que traía los resultados en la mano, ella sonríe tiernamente pero muy fríamente me dice, yo ya sé lo que dicen los resultados… 

y lamentablemente descubrí que ahora la mujer que yo solía engañar y hoy día es mi esposa está siéndome infiel de nuevo…

El hijo que espera no es mio!

No lo entendía y no quería pensar que era verdad. Dios pero por qué?

No había excusas y estábamos bien, en algún momento en mi pasado juré no ser ese hombre agresivo, abusivo y alcohólico… 

Pero no pude mantener mi palabra..

Nos separamos físicamente, porque muy a mi pesar no podía dejar a mis hijos, ella vivía su vida y yo vivía en un cuarto que pegaba a la terraza donde la soledad me abrazaba y el odio me atormentaba…

Solo discutíamos y yo no pasaba ningún momento sin hacerla sentir lo miserable que yo llevaba dentro de mi, cada día era un infierno en aquella casa...

 

Yo reunía dinero para poder mudarme antes de que el niño naciera, no quería conocer al hombre que me había robado la vida… 

 

Pero para sorpresa de muchos el niño nació y no me pude mudar allí fue cuando me di cuenta quien fue su amante; mi mejor Amigo, quien me presento a mi amante años atrás a la mujer por la cual casi dejo a mi familia y el que me acompañaba en las borracheras para darle las excusas perfectas a mi mujer sin que me descubriera...

 

Venía a dar la cara por su hijo, eso me rompió un poco más y le dije a mi aún esposa que no la queria ver mas que esta ya no era su casa, no la queria ver mas, pero en verdad lo que no quería era que siguieran burlándose de mí, haciendo de las suyas en la oscuridad de mi casa y en las sabanas donde ella y yo dormíamos.

Ella se fue y no volví a saber nada de ella, fue una situación drástica para mi y mis hijos.

 

Un mes después llego a casa y veo a mi hija cargando a su hermano en brazos, me entero que su mama está muy mal por culpa de una infección consecuencia de una mala práctica del embarazo, mi aún esposa estaba al borde de la muerte.

 

En su lucidez ella pide verme, eran las 4 de la tarde y me debatía entre hacer lo correcto o no? 

Se hacen las 10 de la noche y es cuando recuperó fuerzas y con un poco de valentía voy a verla, mis sentidos no responden. -Al llegar me doy cuenta que están en junta médica, necesitaba cirugía de emergencia..

 

Cuando entro al pasillo ellos la van transportando al pabellón, nos miramos con un dolor mutuo y sincero, sostiene mi mano y me dice; 

-Wilmer, cuida a mi hijo, él no estará en mejores manos que las tuyas, nunca lo dejes en manos de nadie más…

 

Para mi eso fue una despedida… Yo pensé que moriría, me torturaba la espera y las largas horas; - 3 de la madrugada, sale el doctor y dice hay que transferirla a la capital.. Necesita cuidados especiales.

 

Corrí y llamé a mi madre, mientras las lágrimas caían como un río por mis mejillas, le pedí que cuidara a los niños porque me tenía que ir a la capital.

 

Duramos 2 días en espera de su recuperación, todo iba mejorando hasta que recibí la llamada de mi mamá diciéndome que el papá se lo quiere llevar, tuve que irme corriendo a mi pueblo de nuevo, pensé si se quiere llevar al niño que me dé la cara, llegue a casa y el hombre nunca apareció. Lo esperé por horas y no se atrevió a dar la cara!

 

Pero hay un dicho en mi país que dice que las cosas no pasan en vano, note que el niño estaba enfermando también, al momento que mi esposa le dio pecho le paso la infección, ¡tenemos que llevarlo al hospital!

 

El hospital del pueblo no tiene los recursos necesarios y a el tambien hay que trasladarlo a la capital… y empezó mi tortura, tenía que buscar la manera de que estuvieran en el mismo hospital… y gracias a mi Dios se logró internarlo donde estaba su madre.

Mi esposa entró de nuevo a una cirugía de emergencia.

Y pasó lo que no quería que pasara, comencé a ver y cuidar a mi aún esposa pase a ver al niño, le daba de comer - le cambiaba el pañal - lo alzaba y lo consolaba, mañana-tarde-noche… Hasta que se recuperó.

 

Han pasado 7 meses… 

Con lágrimas de felicidad les confieso que ahora es mi niño…  

Me dice papá… 

Lo cuidé durante su enfermedad y él me enseñó a sonreír de nuevo.

Me enseñó el sentido del amor y mil razones para volver a amar.

 

Dios sabe por qué pasan las cosas, ahora me mudé junto con mis tres hijos a otro pueblo, donde comenzamos de nuevo… Sonreímos de nuevo… Y amaremos de nuevo.

 

A pesar de todo lo que sufrimos y las noches de desvelo que pasamos, nos aprendimos a cuidar entre todos. - Mis tres hijos están conmigo y yo con ellos.

 

Wilmer.

(No me atreví a preguntar qué sucedió con su esposa????)

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